Yo buscaba los estándares de la costumbre, había encontrado la comodidad de aferrarme a alguien ignorando todo lo demás, me había dicho que los recuerdos no me iban a dar una resaca temporal, como eso de que escribís algo y luego lo desechas porque dejo de ser igual… Que iba a saber yo de vivir feliz los momentos en los que me conformaba con no tener nada y pensar que lo tenía todo, que iba a decir yo… si más que decir tengo la vida hecha recuerdos en este momentos y acuden a mí como fantasmas que aterrizan en mis momentos y el disfrute, las ganas y la cumbre de las experiencias nuevas… se pierde, se desvanece… Mi idea no era echarle la culpa a alguien sobre lo que construí y llame futuro si no explicarme a MÍ que fue lo que hizo vibrar mi camino y hacerme perder de él…
Era noviembre , llevaba una vida corriente, normal nada grande sobresaltaba mis expectativas no esperaba nada del futuro, ni me emprendía en visitar mi pasado, te digo no había nada que aspirara ni hubiera llamado mi atención como para querer avanzar más rápido ni para querer devolverme después…. Lo conocí, su nombre llamaba mi atención, su forma llamaba mi atención, él llamaba mi atención… había venido a destruir a lo que yo ya estaba acostumbrada y eso me encantaba, pero también había venido a dejar una huella a la que me iba a acostumbrar mas tarde. Recuerdo su voz como si fuera uno de los sonidos que a veces por inercia envía la mente a mis sentidos y las sensaciones se vuelven reales otra vez… Recuerdos su brazos como el nido que te abriga pero que el viento te llega a quitar, recuerdo sus labios como aquella botella de agua que imaginaba cuando tenía demasiada sed, recuerdo su mirada como el lugar frio pero hermoso que quería visitar cuando me hartaba del calor… lo recuerdo él era mi recuerdo
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